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PRicHeR

Erase una vez en un circo ambulante, una trapecista preciosa siempre estaba sola. La mujer barbuda la pretendía, pero la bella trapecista nunca quería quedarse a solas con ella.
Hasta que un día la mujer barbuda se afeitó el cuerpo entero, se vistió de jovencito y fué buscarla a su caravana.

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pricher -

Una vez llegó a su cubil, cogio un cuchillito, y se rajó el seno izquierdo, separó cuidadosamente gládulas, carne y músculo y alojó lo mas cerca que pudo del corazón el mechón de la trapecista. Se cosió con cuidado, y se echó en su jergón de paja. El pelo empezó a crecer y a enredarse alrededor de su corazón, y en ese momento, empezó a viajar.

jana -

Sendas lágrimas salína de sus ojos, llegando a cruzarse por detrás de su nuca, se mordió los labios seocs y cortados de sufrimiento. La mujer que yacía en el suelo, se había dado cuenta de que la voz que entraba en su caravana había atravesado su corazón. Se debatía entre la razón y la sinrazón.
Su joven enamorado se arrodilló para acariciarle el pelo, se lo besó, le cortó un trocito de rizo y se lo guardó en el pecho.
Después de besar su frente, salió de la caravana.

Skadhy -

…Alargó su brazo hacia la puerta, llegó al pomo y la abrió, dirigiose la mirada de abajo arriba a quien tenia delante, y vio que no era su habitual confidente y la inspiración que la inducía a volar se esfumó, cayó afiliando su espalda al tacto del suelo y la perpendicular de su cabeza quedo perfecta con el techo. La mirada fija y seca de sus ojos completamente abiertos…

pricher -

En ese momento en el que ella volaba, se dió cuenta que eso era lo que quería conseguir cada vez que se subía al trapecio, perder contacto con la realidad, volar, llegar al climax. Y eso, ahora, la mujer barbuda, le estaba haciendo sentir tan solo con su voz.

jana -

El "jovencito" comenzó a cantar una dulce ópera de Puccini. La trapecista cerró los ojos y dejó su cuerpo abandonado entre los numerosos cojines que se encontraban en la litera de su caravana. La voz de aquel recién nacido querubín recordaba a la de los castrati.

Skadhy -

Cuando estaba delante de la puerta, dió tres suaves golpes y preguntó - Querida estas ahí?- y en aquel preciso instante corrió una fresca brisa que irrunpió el silencio que inundaba los sentidos, buen presagio en esta mañana de agosto...